El trabajo, realizado por investigadores de la Universidad de Sheffield (Reino Unido), ha demostrado que la asociación de diferentes tipos de microorganismos del suelo, como hongos o bacterias, en los cultivos es beneficioso para las plantas, siendo una buena alternativa al uso de pesticidas.
La asociación entre microorganismos y plantas no es algo nuevo.
Los hongos y bacterias movilizan los nutrientes del suelo que no están disponibles para las plantas, facilitándoles un tipo de alimento que sin su ayuda no podrían adquirir pero, además, son capaces de estimular el sistema inmunológico de las plantas haciendo que estén más preparadas frente a ciertos patógenos.
A su vez, las plantas proporcionan nutrientes al hongo, normalmente azúcares.
Sin embargo, hasta ahora la mayoría de los estudios sobre esta asociación simbiótica se han llevado a cabo con un tipo de microorganismo a la vez.
Hay muy pocos trabajos en los que se hayan utilizado dos o más microorganismos para ver cómo interactúan, como es este caso en el que se han utilizado dos microorganismos distintos en cultivos de trigo: un hongo micorrizótico (‘Rhizophagus irregularis’) y una rizobacteria (‘Pseudomonas putida’).
Los científicos han visto que la presencia de ambos organismos en el suelo no sólo beneficia a la planta, sino que el hongo y la bacteria son capaces de interactuar positivamente entre ellos: el hongo recluta y favorece el crecimiento de esta bacteria frente a otras, lo que origina cambios en las poblaciones bacterianas de las raíces de la planta.
Se ha visto que, cuando están asociados, se potencia aún más su efecto individual. La bacteria y el hongo estimulan las defensas pero juntos tienen un efecto de sinergia: la suma de ambas acciones es mucho mayor que por separado.
El trabajo, es un paso más hacia el fin del uso de pesticidas.