Legionella es una bacteria ambiental ya que su nicho natural es las aguas superficiales como lagos, ríos, estanques, formando parte de su flora bacteriana.
Desde estos reservorios naturales la bacteria puede colonizar los sistemas de abastecimiento de las ciudades, y a través de la red de distribución de agua, incorporarse a los sistemas de agua sanitaria (fría o caliente) u otros sistemas que requieren agua para su funcionamiento, como torres de refrigeración, condensadores evaporativos, fuentes ornamentales, etc. También ha sido aislada en terrenos húmedos y tiene una distribución mundial.
Una de las características de Legionella es que es una bacteria capaz de sobrevivir en un amplio intervalo de condiciones físico-químicas, multiplicándose entre 20 ºC y 45 ºC, destruyéndose a 70 ºC, siendo su temperatura óptima de crecimiento de 35 ºC a 37 ºC.
Fue detectada por primera vez en 1976, en Estados Unidos, tras un brote epidémico en Filadelfia durante una convención de la Legión Americana, en la que más de 221 legionarios contrajeron una extraña neumonía que provocó la muerte a 34 de ellos, por ello se le denomino Legionella y a la enfermedad que produce «Legionelosis» o «Enfermedad del Legionario».
La transmisión de la infección se realiza por vía aérea mediante la inhalación de aerosoles o gotitas respirables que contienen Legionella y también por microaspiración de agua contaminada (desde duchas, condensadores evaporativos, torres de refrigeración, piscinas climatizadas, bañeras hidromasajes, fuentes ornamentales…etc).
La legionelosis es una enfermedad oportunista, aunque cualquier persona de cualquier edad puede contraerla, afecta principalmente a la personas de edad avanzada y/o aquellas con su sistema inmunológico debilitado.
Suelen ser similares a los de la gripe: dolores musculares, dolor de cabeza y tos seca, seguidos de fiebre alta, escalofríos y ocasionalmente diarrea. Las radiografías de tórax suelen mostrar neumonía. Su período de incubación varía entre dos y 10 días.
Como enfermedad bacteriana que es, se trata con antibióticos.
Debida a su amplia distribución en el medio ambiente y a que tiene una mortalidad que se sitúa entre el 10 y el 30%.
La legionelosis se incluye como enfermedad de declaración obligatoria a nivel nacional en el año 1997. La declaración debe ser realizada por los médicos en ejercicio tanto del sector público como privado, ante la sospecha de un caso.
La legislacion española establece una serie de pautas para controlar y evitar casos de Legionelosis mediante unas medidas higiénico-sanitarias en las instalaciones implicadas.
Fuente:www.msssi.gob.es