Un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Cornell (Nueva York) confirma que las zonas acuáticas con praderas marinas reducen hasta la mitad la contaminación por bacterias patógenas, que son perjudiciales tanto para el ser humano como animales.
Aunque se sabía que las algas marinas producen antibióticos naturales, no se había evaluado todavía su capacidad de eliminar patógenos del océano, o su capacidad de mitigar las enfermedades que se producen allí. Trabajando en las aguas situadas frente a cuatro islas indonesias, Joleah Lamb y sus colegas se propusieron averiguar cuál es la influencia de las algas marinas en los patógenos microbianos marinos y en las enfermedades provocadas por estos.
En las aguas costeras, los investigadores encontraron que la presencia de las bacterias Enterococcus sobrepasaba en diez veces el nivel de exposición de riesgo para la salud humana recomendado por la Agencia estadounidense de Protección Medioambiental (EPA). En presencia de las algas marinas, sin embargo, los niveles de Enterococcus eran tres veces menores. Análisis posteriores revelaron que la abundancia de varios patógenos que dañan a peces y otros animales marinos era también inferior cuando las algas marinas estaban presentes, reduciéndose concretamente hasta en un 50%. Además, los exámenes de campo sobre corales adyacentes a prados de algas marinas mostraron que estos corales disfrutaban de una reducción notable de enfermedades en comparación con los corales sin algas marinas vecinas.
Se estima que la pérdida global de prados de algas marinas alcanza el 7% anual.
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