Un agua será de buena calidad para el riego agrícola cuando, además de cubrir las funciones básicas de la planta, no produzca efectos perjudiciales al suelo.
Los parámetros que un agua debe de reunir y los valores normales que debe de tener se obtienen de los numerosos estudios FAO sobre riego y drenaje, estudios que por otra parte están en continua revisión.
Tabla 1 “Valores considerados normales de un análisis de aguas para riego”
La conductividad eléctrica del agua (CEa) es una medida indirecta de la concentración de sales de una solución, basada en el hecho de que, si bien el agua pura es mala conductora de la electricidad a las sales les sucede lo contrario.
La unidad de conductividad más usada en análisis de aguas es el Siemens (S).
Para tomar una decisión al respecto, se deben tener en cuenta, los síntomas que presenten las plantas ante una determinada reacción ante las sales y las características del suelo, (se deben realizar análisis periódicos que nos permitan controlar la evolución del contenido en sales en el tiempo).
En la siguiente tabla se dan una serie de restricciones del agua de riego según la concentración de algunos de sus componentes.
Tabla 3 “Restricción en el uso de agua de riego según su composición”
Con estas pautas se pretende cubrir la mayor parte de las condiciones que se suelen presentar en la agricultura de regadío, de forma que se presentan tres grados de restricciones: ninguna, ligera o moderada y alta.
IONES
Sodio
Para la mayoría de las plantas cultivadas no se ha demostrado que el sodio (Na+) sea esencial. Los síntomas de toxicidad del sodio en las hojas son manchas necróticas de color pardo.
Cloro
El cloro es uno de los elementos que más abundan en el agua de riego. Éste aparece como anión cloruro (Cl-). El cloruro es indispensable para el desarrollo de la planta pero cuando su concentración es muy alta, el cloruro puede convertirse en un elemento tóxico.
El cloruro se concentra sobre todo en las hojas, produciendo principalmente necrosis en la punta de las hojas, caída de flores, frutos y hojas y reducción del crecimiento de la planta.
Boro
El boro es un elemento esencial para el desarrollo de las plantas. Sin embargo la diferencia entre la concentración requerida por la planta (0,3-0,5 ppm) y la toxicidad (0,6-1,0 ppm en la mayoría de las plantas cultivadas) es muy pequeña, por lo que se debe tener especial cuidado con este elemento. Los síntomas de toxicidad son zonas amarillentas en las hojas (quemaduras), desde de las puntas y hacia la base.
pH
Cuando el suelo presenta una alta concentración de iones hidrógeno [H+], se considera ácido y cuando presenta una baja concentración se considera básico.
El valor del pH de un suelo suele oscilar entre 4 y 9. Los suelos que menos problemas dan para los cultivos son los de pH comprendido entre 6,0 y 7,5, ya que los nutrientes tienen su máxima solubilidad en este intervalo. A medida que el valor del pH se aparta de dicho intervalo pueden presentarse los problemas de asimilación de nutrientes.
El agua con un pH inferior a 7 se considera ácida (tiene una mayor concentración de iones H+). Con un pH igual a 7 sería neutra y con pH superior a 7 básica (tiene una menor concentración de iones H+). La medida del pH depende también de la relación suelo/agua, ya que al aumentar la cantidad de pH del agua aumenta el pH del suelo.