En cocinas industriales, la falta de espacio obliga a elaborar, la mayoría de veces, los menús basales y los libres de alérgenos en una misma cocina.
Por ello, es muy importante reducir al máximo el riesgo de contaminación cruzada dadas las graves consecuencias que se pueden derivar de un error en la manipulación.
Elaborar un menú libre de alergenos, no solo consiste en eliminar éstos, evitando el uso del ingrediente causante de una reacción alérgica o una intolerancia. Si no que hay que tener en cuenta el concepto de contaminación cruzada, tanto durante el proceso de elaboración, como en los equipos, almacén y cocina en general.
A nivel de exigencia sanitaria se establecen planes de autocontrol encaminados a minimizar o evitar dicha contaminación, aunque la medida más efectiva para ello es la separación física de las distintas líneas de producción.
En la mayoría de las instalaciones esta separación no pueda llevarse a cabo, principalmente por cuestión de espacio, así que se pueden tomar medidas alternativas como:
En definitiva, para controlar todo lo relacionado con los alergenos se debe llevar a cabo el plan de control de alérgenos y un plan de formación en la manipulación de alimentos en materia de alérgenos – alergias e intolerancias alimentarias- y los autocontroles asociados, como podrían ser fichas técnicas de las materias primas, fichas de los platos y fichas de producción para poder realizar un seguimiento en trazabilidad.