Ya estamos en verano, y con la llegada de las altas temperaturas, es más frecuente que se produzcan infecciones alimentarias como la salmonelosis asociada a los alimentos que incluyen huevo, además de en la carne y brotes germinados de semillas.
A pesar de se una bacteria especialmente patógena, podemos evitar su contagio siguiendo unas recomendaciones básicas relacionadas con la higiene, la correcta manipulación y cocinado de los alimentos y el mantenimiento de la cadena del frío.
Respetar la cadena de frío tanto a la hora de hacer la compra, como mientras se manipula..
Descongelar en la nevera, no se debe hacer en exterior, ya que la temperatura ambiente es alta y favorable para que la salmonella pueda reproducirse en los alimentos.
En relación a los huevos, respetar las fechas de consumo preferente de los huevos. Además, hay que intentar tenerlos fuera del frigorífico el menor tiempo posible y no lavar los huevos antes de meterlos al frigorífico, puesto que al ser porosa la cáscara del huevo, si ésta estuviese contaminada por la salmonella, favoremos que la salmonella penetre al interior del huevo.
Consumir sólo aquellos que estén con su cáscara bien limpia (sin materia fecal) y no rota, ya que si esta barrera de protección esta dañada, la entrada de gérmenes estará asegurada.
Salsas como la mayonesa merecen una mención especial ya que son preparaciones que no se someten a ningún proceso de cocción, una de las maneras de eliminar los patógenos. Es importante, por tanto, que mientras se preparan se sigan unas estrictas medidas de higiene y manipulación.
Consumir los alimentos bien cocinados y, sobre todo, se deben evitar las carnes poco hechas. La bacteria no soporta bien las condiciones extremas y, a partir de los 70º se destruye, por lo que se debe intentar alcanzar esa temperatura en el cocinado. Por ello, no consumir las tortillas jugosas y las carnes poco hechas.
Extremar la higiene durante el cocinado: Conviene lavarse las manos con jabón constantemente, antes y después de la manipulación de cada alimento y también después de ir al baño.
En la cocina, usar papel desechable para secar, desechando el uso de trapos para evitar las contaminaciones cruzadas. Esto es también aplicable a los utensilios de cocina: no utilizarlos con diferentes alimentos sin antes haberlos lavado correctamente.