Los resultados, publicados en la revista Frontiers in Microbiology, indican que el 26% de las casi mil muestras de alimentos analizadas fueron positivas para esta problemática bacteria. En el trabajo han participado investigadores de las universidades de Burgos y Valladolid, junto con profesionales del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACyL), de los Hospitales Universitarios Río Hortega de Valladolid y de León, de la Delegación del Gobierno en el País Vasco y de la Universidad Veterinaria de Viena (Austria).
Como explica el profesor de la UBU David Rodríguez Lázaro, coordinador del estudio, Staphylococus aureus ha sido seleccionado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el pasado mes de febrero como uno de los patógenos más relevantes para la salud pública.
Este tipo de microorganismos, y en particular las cepas resistentes a la meticilina (MRSA), son una de las principales causas de infecciones en los hospitales en los países occidentales, y han sido encontradas en alimentos que transportaban pasajeros de vuelos internacionales en los aeropuertos de Bilbao y de Viena.
Se estudió la prevalencia y las características de estas cepas en los alimentos de origen animal confiscados a los pasajeros en vuelos de 45 países no comunitarios de 2012 a 2015 por las Autoridades Fronterizas de los aeropuertos español y austriaco.
De las 868 muestras de alimentos analizadas (diversas de carne que incluyen antílope, pato, cobaya, cerdo, roedores, pavo, productos lácteos y huevos), 26 (el 3%) fueron positivas para MRSA. La prevalencia de muestras positivas entre los alimentos confiscados en el Aeropuerto Internacional de Bilbao fue del 11’8%. Más del 69% de los aislados de MRSA eran resistentes a tres o más tipos de agentes antimicrobianos.
Prevenir infecciones en humanos
El trabajo pone de manifiesto la validez de la estrategia ‘una salud’, en la cual “todos los actores implicados en la Salud Pública (médicos, veterinarios, y microbiólogos de los alimentos) actúan de una forma coordinada planteando una acción integral para garantizar de una manera global la salud”, apunta el investigador principal, quien subraya que de esta manera “se puede garantizar que aspectos como la sanidad ambiental, la sanidad animal y la sanidad humana no estén disociados, y compartimentalizados de una manera rígida y sin conexión efectiva”.
Fuente: www.agenciasinc.es