Un 25% de los ejemplares sufren estrés, lo que pasa factura al crecimiento, el movimiento, etc. El 50% de los salmones de piscifactoría tienen problemas de audición por una deformidad en los huesos del oído. Muchos ejemplares jóvenes sufren deformaciones en las espinas que aparecen curvadas y retorcidas, a esto hay que añadir que padecen el ataque de parásitos como los piojos de mar, problema que causa a esta industria millones en pérdidas económicas.
La acuicultura es un sector de producción alimentaria que continúa experimentando un enorme crecimiento, en la actualidad representa el 50% del pescado que se destina a la alimentación humana y se calcula que para el año 2030, el 62% del pescado que se consuma en el mundo procederá de la acuicultura. Sin embargo, esta alternativa a la pesca comercial plantea muchos retos que se deben solucionar, como por ejemplo el tipo de alimentación que reciben los peces, combatir problemas como los piojos de mar, isópodos que parasitan a los salmones produciéndoles daños considerables, la propagación de enfermedades infecciosas debido a la masificación de los peces o por cambios en los parámetros físicos y químicos del agua, y así un largo etcétera.
DIFERENCIAS ENTRE SALMONES DE PISCIFASTORIA Y LOS SALVAJES:
El salmón de piscifactoría sufre obesidad, algunos estudios han demostrado que su contenido en grasa se multiplica por tres con respecto al salmón salvaje, la diferencia entre la carne de uno y otro es notable, el color es más pálido y las vetas de grasa son más anchas y gruesas en el ejemplar cultivado. Esta grasa contiene ácidos grasos omega 3 que son saludables para nuestro organismo, pero a medida que se utilizan ingredientes más económicos para alimentar a los salmones, el pescado se vuelve menos saludable.
Hasta un 25% de los salmones de piscifactoría se definen como ejemplares perdedores o desertores, aunque son ejemplares sanos, tienen un crecimiento más lento, parecen estar desinteresados en alimentarse, se mueven de forma más lenta, etc
El 50% del salmón de piscifactoría tiene problemas de audición debido a una deformidad de los huesos del oído, hasta la fecha se desconoce el motivo, pero se baraja la posibilidad de que estos huesos influyan en el equilibrio y la navegación, dado que nacen en cautividad podría ser lógico que se atrofiaran. Esta deformidad no es la única, también se ha encontrado que algunos salmones jóvenes tienen espinas deformadas que aparecen curvadas o retorcidas, algo que se compara con la escoliosis o curvatura anormal de la columna vertebral en los seres humanos, que se presenta en forma de “S” o “C”. Se cree que este problema es causado por las luces artificiales y el calentamiento no natural del agua que tiene el propósito de acelerar el crecimiento de los alevines. También se apunta a la deficiencia de vitaminas o la posible exposición a determinadas toxinas.
Uno de los problemas a los que se enfrentan las piscifactorías de salmones son los piojos de mar, estos isópodos parasitan al salmón produciéndoles daños considerables. Para hacernos una idea, la industria noruega debe invertir cada año unos 56 millones de euros para combatir el parásito. A nivel mundial se calcula que causa unas pérdidas de unos 516 millones de euros) al año, siendo uno de los problemas principales de las granjas. Para hacer frente a los piojos se utilizan varias técnicas, tratamientos químicos que pueden ser tóxicos para los salmones, medios mecánicos como lavarlos con agua y utilizar un cepillo suave, algo que ha incrementado la mortalidad de los ejemplares, etc.