Tomar una copa de vino tinto al día es totalmente compatible con una dieta equilibrada y sana y además puede ser muy beneficioso para nuestra salud en general. Recordamos siempre que el consumo sea moderado.
Un estudio realizado por la Escuela de Medicina de Harvard concluyo que el resveratrol, uno de los compuestos más característicos del vino tinto, ayuda enormemente a prevenir y a tratar aquellas enfermedades relacionadas con el envejecimiento. Sorprendentemente, el estudio demostró que el resveratrol realmente prolongaba la vida en ratones. Actualmente se siguen realizando investigaciones para conocer en mayor medida como esta característica se puede aplicar convenientemente en los seres humanos.
Aunque parezca un poco contradictorio, según un estudio realizado por la Universidad de Alberta, se ha descubierto que el resveratrol mejora el rendimiento de nuestro cuerpo durante la práctica de ejercicio físico gracias a la activación cardíaca y muscular que produce en nuestro cuerpo. Por supuesto, los atletas no deben beber vino antes de hacer ejercicio, sin embargo, incluirlo de forma moderada en la dieta puede tener un efecto positivo en su rendimiento.
Aunque un consumo excesivo de alcohol es muy perjudicial para el hígado, los investigadores de la Universidad de California han descubierto que beber un vaso de vino al día disminuye el riesgo de sufrir enfermedades hepáticas que no estén relacionadas con el alcohol.
El vino tiene propiedades antimicrobianas útiles en la lucha contra el acné según un estudio publicado en Dermatología y Terapia. El acné es la respuesta de nuestro sistema inmune a las bacterias, por lo que las características antimicrobianas del vino tinto combaten el acné directamente desde la raíz.
Aunque aquellas personas que consumen vino se quejan de las manchas que producen en los dientes, seguro que cambian de opinión al conocer las propiedades antimicrobianas que mantendrán su boca saludable y libre de bacterias.
El vino es bueno para el corazón, y no precisamente porque hagas que te enamores con más facilidad. Varios estudios que demuestran cómo un consumo moderado de vino tinto se relaciona con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares y ataques al corazón.
The Washington Post publicó un artículo donde se demostraba que las mujeres de edad avanzada que bebían de forma moderada vino tinto tenían una mayor agilidad mental en comparación con las mujeres que no lo tomaron. Los investigadores explicaban que el alcohol protege el cerebro, mejorando el flujo de sangre y por consiguiente, reduciendo el riesgo de sufrir enfermedades cerebrales.
Un estudio español demostró que las personas que beben entre dos y siete vasos de tinto a la semana son menos propensos a sufrir depresión. El estudio advierte que superar los siete vasos máximos de vino a la semana puede tener un efecto contrario y aumentar las posibilidades de sufrir esta enfermedad.